Chiclayo ha sido reconocido como uno de los 18 mejores destinos culinarios del mundo por Eater, uno de los portales gastronómicos más influyentes de EE.UU.  La cocina lambayecana, con profundas raíces moche, se distingue dentro del Perú y refuerza el atractivo turístico de la región.

El turismo gastronómico es clave para la economía del país, generando $5 mil millones anuales y atrayendo a más de 175 mil turistas internacionales (PromPerú, 2024). De hecho, la gastronomía es el tercer motivo de viaje más importante para los turistas, lo que convierte a Chiclayo en un destino con gran potencial.

Platos emblemáticos como el arroz con pato, el cabrito a la norteña y la causa ferreñafana han conquistado paladares, pero aún falta mayor impulso. En 2024, más de S/1.4 millones destinados a la promoción del turismo en Lambayeque quedaron sin ejecutarse, afectando proyectos clave como la recuperación del Santuario Cruz de Chalpón, en Motupe.

Este reconocimiento es una oportunidad única para posicionar a Chiclayo en el mapa gastronómico mundial. Para aprovecharlo, necesitamos mejorar la infraestructura turística, impulsar la promoción internacional y potenciar experiencias inmersivas como rutas gastronómicas y visitas a productores locales (PromPerú, 2016).

Chiclayo tiene el sabor y la historia. Ahora toca llevarlo al mundo. ¿Qué otros platos o experiencias deberían promoverse? ¿Qué harías para atraer más turismo gastronómico?