Tras un 2023 difícil, La Libertad logró recuperarse y creció 6.2% en 2024, gracias al sector agropecuario y la industria pesquera (INEI, 2025).

La agricultura creció 11.2%, gracias al buen clima y a la expansión de áreas de cultivo. Productos como el arándano, arroz, espárrago y cebolla lideraron la producción, especialmente con destino a la exportación, que sigue siendo el principal motor económico de la región.

Por su parte, la pesca creció 142% gracias al regreso de la temporada de anchoveta, suspendida en 2023 por El Niño, y al aumento de su límite de captura (INEI, 2025). Esto impulsó la producción de harina y aceite de pescado, favoreciendo a la industria manufacturera, el tercer sector más importante de la economía local.

El crecimiento también se reflejó en el empleo. En Trujillo, la tasa de desempleo bajó de 5.3% a 3.8% en un año, convirtiéndola en la tercera ciudad con menor desempleo del país. Solo en 2024, se generaron 17 mil nuevos empleos, muchos de ellos para jóvenes (INEI, 2025).

Estas cifras nos recuerdan una lección importante: cuando el país crece, las oportunidades llegan a más personas. Entre 2004 y 2019, el crecimiento económico fue responsable del 85% de la reducción de la pobreza en Perú. En ese periodo, se crearon 4 millones de empleos, los salarios subieron 50% y más peruanos accedieron a trabajos formales (Banco Mundial, 2023).

Para que La Libertad siga creciendo, es necesario invertir en la modernización de sectores estratégicos para el desarrollo de la región. La agricultura necesita aprovechar mejor el agua con riego tecnificado, aguas tratadas e infraestructura hídrica (Macroconsult, 2024; WFP, 2022). La pesca debe fortalecerse con monitoreo constante y tecnologías modernas que apoyen a los pescadores artesanales (SNP, 2024). Y, sobre todo, mejorar la calidad de la salud y la educación es esencial para que el desarrollo sea sostenible y llegue a todos (Banco Mundial, 2024).

¿Qué más se puede hacer para que La Libertad siga creciendo?