Al cierre de 2024, 6 de cada 10 colegios en Junín deben ser demolidos por graves problemas de infraestructura: techos a punto de colapsar, aulas sin agua ni luz y estructuras vulnerables a desastres. Esta situación afecta a 72,354 estudiantes, comprometiendo su seguridad y calidad educativa en el año escolar 2025  (MineduPeru, 2024).

Este problema viene de años atrás. El Perú invierte poco en infraestructura escolar, mucho menos que países vecinos como Chile, Bolivia o Brasil (Banco Mundial, 2025). Además, a pesar de que existen criterios sobre qué colegios priorizar, estos no se suelen cumplir, por lo que los recursos no llegan a donde más se necesitan.

Solo en Junín, se necesitan S/ 9,600 millones para reconstrucción y mantenimiento de colegios (DREJ, 2025), pero el presupuesto es insuficiente. En 2025, el Gobierno Regional de Junín ha destinado solo S/ 233 millones para este fin (MEF, 2025). La falta de colegios en buen estado no solo dificulta el aprendizaje, sino que también incrementa el ausentismo. Sin agua potable, con baños deteriorados, y aulas inadecuadas es difícil concentrarse, y asistir con regularidad (Banco Mundial, 2019). La evidencia lo confirma: mejorar el saneamiento escolar puede reducir el abandono en primaria hasta en 12% (Adukia, 2017).

Para enfrentar los desafíos en infraestructura educativa, se requiere mejorar la gestión de la inversión pública. Esto implica capacitar a los gobiernos regionales y locales en la formulación de proyectos viables, brindarles apoyo técnico durante su ejecución y reforzar los mecanismos de seguimiento (IDEHPUCP, 2023). Además, es urgente apostar por soluciones sostenibles que aseguren servicios básicos constantes y entornos seguros, como materiales duraderos, captación de agua y energía solar (CIES, 2023).

¿Qué otras soluciones propondrías para mejorar la infraestructura educativa en Junín?