Arequipa se consolida como la segunda región productora de cobre en 2024, aportando el 17% de la producción nacional, solo detrás de Moquegua (MinemPeru, 2025).

La minería es un pilar clave en la economía arequipeña, representando el 33% del PBI regional  (BCRP, 2024). Además, más de 36 mil arequipeños trabajaron en la minería formal en 2024  (MINEM, 2025), contribuyendo al empleo y la generación de ingresos. Sin embargo, el reto sigue siendo garantizar que estos beneficios lleguen a toda la población.

En el último año, la producción de cobre cayó 3.6%, pero el impacto fue menor gracias al aumento del precio del metal rojo, que subió 8%, pasando de US$3.84 a US$4.14 por libra. (MINEM, 2025).

No obstante, el sector sigue enfrentando desafíos que limitan su crecimiento. Uno de ellos es la demora en proyectos mineros clave  que impide que la región aproveche plenamente su potencial.

Actualmente, Arequipa tiene tres proyectos en cartera por más de US$3,200 millones—Tía María, Don Javier y Zafranal—pero solo este último tiene una fecha de inicio definida  . Las demoras ya han costado caro: según el IPE (2024), si Tía María y Zafranal hubieran estado operando desde antes, la economía regional habría crecido en 5 mil millones de soles más durante 2022.

Los retrasos se deben en parte a las trabas burocráticas pues hoy los trámites mineros pueden tardar más del doble de lo que exige la ley (IPE, 2024). Además, la inestabilidad política y la mala gestión de los conflictos sociales han frenado el desarrollo de nuevas inversiones.

Por ello, es fundamental agilizar los procesos administrativos y, a la vez, que las autoridades garanticen que los ingresos generados por la minería se traduzcan en inversiones prioritarias para la población, en sectores como educación, salud, infraestructura de transporte, entre otros.

El futuro minero de Arequipa depende de generar consensos y un entorno favorable para la inversión. ¿Cómo lograr que la sociedad aprovechen mejor los recursos que deja la minería?